Recordando el pasado

    Desde sus más tempranas etapas, hasta la actualidad, el ser humano siempre se ha propuesto continuar innovando y no quedarse estancado en lo conocido. Al querer ser innovadores o "modernos", sucede que se suele dejar atrás completamente al pasado y la historia. Cuando el más famoso Partenón romano y antiguas catedrales francesas e italianas comenzaron a derrumbarse, fuera por incendios, guerras, terremotos, etc., tanto estudiosos, como ingenieros y arquitectos no pudieron depender ni de sus métodos más modernos. Todos resultaron inútiles ante antiguos métodos de construcción utilizados por los más ingeniosos de las épocas pasadas.

    Cuando los romanos se dieron a la tarea de diseñar el Partenón hace más de veinticinco siglos, carecían de los avances de los que gozamos en la actualidad. Aún así, utilizando el conocimiento de su época, lograron alcanzar una calidad de trabajo y geometría totalmente únicas, por lo que hoy día resulta sumamente difícil replicar sus métodos de construcción e ideas para restaurar ejemplares como el Partenón. Cada columna, cada pieza faltante, tuvo cierto grado de unicidad que le distinguía de las demás. Además, hasta no hace mucho se desconocía de las ilusiones ópticas y proporciones ideales utilizadas por los romanos. Fue así cómo, luego de muchos años de fallas y fracasos, los arqueólogos, ingenieros y arquitectos tuvieron que depender del ojo y métodos antiguos utilizados por los romanos para crear los reemplazos de cada pedazo o pieza faltante.  

       El mismo problema se dio con las grandes catedrales y domos en países como Francia e Italia. En una época en que la altura de las catedrales era símbolo de mayor cercanía a Dios y lo celestial, franceses e italianos comenzaron a construirlas cada vez más altas y ostentosas. Algunas cayeron, pero otras aún siguen en pie. Es así como surgen preguntas sobre cómo hacían para sostener techos, vitrales  y domos en materiales tan pesados. Para poder restaurarlas o recrear, los equipos de construcción utilizaron tres métodos que en la época de medievo y el renacimiento eran innovaciones. Tales eran los: "pointed archs", "flying buttresses"y "vaulted ceilings". En el caso del Domo de Brunelleschi su método de espiral fue el mayor éxito de la época y método actualmente imposible de replicar por su ingenio y unicidad.

    A las generaciones más nuevas se les olvida de quiénes vienen las innovaciones o nuevas tecnologías. A cada generación se le ha entregado un mundo forjado por sus antepasados, pero lo olvidan. Por eso surgieron dificultades al momento de reconstruir o replicar monumentos como el Partenón romano, las grandes catedrales y antiguos domos. Aunque mayores y mejores tecnologías puedan lucir como la clave de cualquier problema, la solución o respuesta podrían ser métodos utilizados por sus predecesores. Si olvidan los pasos positivos y cambios que han traspasado sus antepasados, entonces tampoco se percatarán de sus errores y continuarán cometiéndolos en el transcurso de la historia.   

      

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